Pasé mi infancia rodeada de focos, cámaras de fotos y carretes, junto a mi padre fotógrafo. Mi lugar favorito siempre fue el laboratorio de revelado, donde se obraba la magia de convertir negativos en recuerdos inmortales.
Con Irene Bozza continúo con el legado de materializar momentos en creaciones que duran para siempre.
Mi experiencia supone una clarificación de todo lo que he aprendido a lo largo de mi carrera profesional, un apasionante mundo que combina la precisión de la ingeniería, la identidad de la moda y la capacidad de inmortalizar momentos que tiene la fotografía.
La complejidad de la arquitectura andalusí, el dorado aún vibrante de los mosaicos bizantinos y mozárabes y la singularidad e inteligencia de las proporciones que encuentro en la naturaleza convergen en mis creaciones.
Así nace la Alta Joyería Consciente, un concepto que aúna conocimiento sobre la joya que se está adquiriendo y valor a las personas y el Medio Ambiente.
Ética, diseño y exclusividad.
Así es la alta joyería que me apasiona.